En el verano de 2020, cuando aún irrumpía la primera ola de la pandemia, el Ayuntamiento de Madrid quiso encontrar a aquellas personas que no estaban dados de alta en los servicios sociales y que, sin embargo, podrían necesitarlos. Todos los grupos municipales estaban de acuerdo en que los mayores debían ser una de las prioridades de aquel momento. En especial los que tenían necesidad de ser atendidos de forma inmediata en el contexto de una situación de pandemia, dado que es un perfil específico de riesgo.

Es por esto por lo que en los Acuerdos de la Villa se aprobó por unanimidad la necesidad de reforzar el conocimiento del servicio de teleasistencia entre la población mayor madrileña. Así nació el proyecto ‘TAD+’ y así es como, tras un año de trabajo, los servicios sociales municipales lograron encontrar a 2.590 mayores que se sentían solos, no tenían teleasistencia, y la pidieron.

En el verano de 2020, cuando aún irrumpía la primera ola de la pandemia, el Ayuntamiento de Madrid quiso encontrar a aquellas personas que no estaban dados de alta en los servicios sociales y que, sin embargo, podrían necesitarlos. Todos los grupos municipales estaban de acuerdo en que los mayores debían ser una de las prioridades de aquel momento. En especial los que tenían necesidad de ser atendidos de forma inmediata en el contexto de una situación de pandemia, dado que es un perfil específico de riesgo.

Es por esto por lo que en los Acuerdos de la Villa se aprobó por unanimidad la necesidad de reforzar el conocimiento del servicio de teleasistencia entre la población mayor madrileña. Así nació el proyecto ‘TAD+’ y así es como, tras un año de trabajo, los servicios sociales municipales lograron encontrar a 2.590 mayores que se sentían solos, no tenían teleasistencia, y la pidieron.

Por otra parte, en lo que se refiere a las interacciones dentro del hogar, tanto familiares como de amistad o vecindad, se constató que entre las personas que no recibían visitas o solo las recibían ocasionalmente existía una incidencia de más del doble [20,1%] en la percepción o sensación de soledad que las que recibían visitas al menos una vez por semana [8,6%].

El informe también dice que cerca de 10.000 mayores con los que se contactó admitió encontrarse en esa situación de aislamiento respecto a su entorno comunitario, y además con una sensación de soledad. Y dentro de ese sector, casi el 10% manifestó no disponer de los apoyos necesarios.

«Podemos constatar que la gran mayoría de los encuestados cuentan con apoyos y se sienten acompañados, no obstante, sería conveniente potenciar los mecanismos preventivos, de detección y atención, entre estos mayores que manifiestan sentirse solos y en especial en aquellos casos que declaran no contar con apoyos en caso de necesitarlos».

«Precisamente, a través de este proyecto TAD+, hemos podido detectar algunas de estas situaciones y derivarlas a dispositivos y proyectos específicos impulsados por la propia Dirección General de Mayores, por ejemplo,  el proyecto ‘Soledad No Deseada’, para analizarlos en más profundidad, y ofrecerles en su caso los apoyos necesarios», señala el documento que ha culminado recientemente la Dirección General de Mayores y presentará el delegado Aniorte a los grupos de la oposición en la comisión del ramo del próximo martes.

«Se lo recomiendo a todas mis amigas»

María Isabel Jurado se mudó de barrio pocos meses antes de la pandemia. Entonces ya llevaba tiempo dada de alta en el servicio de teleasistencia. Pues siguiendo el ejemplo de su madre, cuando sintió la necesidad del servicio, se apuntó. Ahora tiene 73 años. «Es un servicio estupendo; se lo recomiendo a todas mis amigas. Me llaman cada 15 días para ver si necesito algo o quiero conversación», explica la mujer que vive sola en el distrito de Usera.

El problema de María Isabel vino con la mudanza… y la pandemia. Porque cada vez que un vecino se muda de zona tiene que dar cuentas a los servicios sociales. Ese era su plan, pero con la Covid no pudo realizar los trámites. Fue la llamada del Ayuntamiento la que le salvó, la que hizo a los 50.000 mayores. Así fue como la vecina de Usera pudo volver a beneficiarse de la teleasistencia, justo en uno de los momentos más complicados de la pandemia.

El servicio de teleasistencia domiciliaria es un recurso de atención y apoyo personalizado, que permite, a través de una línea telefónica, disponer de un servicio de atención permanente, las 24 horas, todos los días del año, tal y como recuerda el área que dirige Pepe Aniorte. (20minutos.es)