La vista desde la colina donde están emplazados los toboganes y columpios del parque Manzanares está dominada por los azulados vidrios que revisten el coloso de más de 13.000 metros cuadrados que es el tanatorio de la M-40, en la avenida Rosales. La pasada semana, a ese servicio funerario de la empresa Parcesa se le otorgó además la licencia para construir un horno crematorio con capacidad para más de 1.000 cremaciones al año. Esa cercanía entre espacios comunes del barrio y la actividad industrial contaminante, que se sumará a la de depuradoras, el estanque de tormentas y la subestación de gas ya existentes en la zona, es lo que más preocupa a los vecinos de los colindantes barrios de Los Rosales, Butarque y principalmente San Fermín.
“Lo que le faltaba a San Fermín. Si ya teníamos suficiente con el olor de la depuradora, ahora también hay que soportar el del crematorio. Respirar ese humo es bastante desagradable”, dice Marimar en la puerta del Mercadona que está al lado del tanatorio, sobre el proyecto que fue rechazado en tres ocasiones anteriores por el consistorio. Al salir del supermercado hay una plaza con un espacio infantil en el centro, una de al menos cuatro que están desperdigadas a lo largo del camino de Perales, que termina con la M-40 y la funeraria.
“En el sureste del barrio ya hay demasiadas instalaciones. Hay una subestación de gas a 50 metros, las depuradoras, un establecimiento de hormigón, el ruido de la M-40 y la M-30. Tragamos lo que no está escrito. No entienden que por muy bajas que puedan llegar a ser las emisiones del crematorio, ya no aguantamos más”, explica Mayte Pocero, de la Asociación de Vecinos de San Fermín.
En este barrio del distrito de Usera y sus calles aledañas están instaladas varias plantas, como las estaciones regeneradoras de aguas residuales —para filtrar los desechos urbanos y aguas fecales— La China, La Gavia y Butarque; el estanque de tormentas de Butarque, que al almacenar aguas de las lluvias puede causar estancamiento y descomposición; y una subestación de gas natural, donde se procesa y distribuye el recurso. La mayoría de ellas están concentradas en el camino de Perales, que también acoge la Caja Mágica de Madrid y está pegado a un nudo de la M-40 y a otros kilómetros de la M-30. (eldiario.es) (Leer más)
Deja una respuesta