El próximo 22 de diciembre miles de niños iniciarán las vacaciones de Navidad en la Comunidad de Madrid. Dos semanas de descanso que algunos esperan con ilusión, pero que las familias más vulnerables afrontan con incertidumbre y preocupación. Con los comedores de los colegios cerrados y un sistema de ayudas «insuficiente» e «ineficaz», nada ni nadie les garantiza una comida al día completa para sus hijos.

Según los últimos datos recogidos por Unicef, hasta un 48% de niños madrileños vive en hogares con dificultades para llegar a final de mes y hasta un 8,7% sufre pobreza material severa. A lo largo del período lectivo, algunos de estos niños matriculados en los centros educativos pueden hacer uso del servicio de comedor escolar que está parcialmente subvencionado por un sistema de ayudas.

Becas, que en realidad son una especie de copago, ya de por sí resultan limitadas. De hecho, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso apenas ofrece la gratuidad total del comedor escolar a 5.500 niños de los 130.000 alumnos que pertenecen a familias con rentas por debajo del umbral de pobreza. (Leer más)