Madrid no es una ciudad amable para los proyectos culturales independientes. Antes de consideraciones culturales, cabe aducir a motivos inmobiliarios, por eso sorprende encontrar en una calle de Usera un cartel en un alcorque junto a un local comercial que dice “Sección de información y biblioteca”.

La calle de Manuel Noya, cerca de la colonia Moscardó, ofrece al paso el paisaje habitual de un barrio de clase trabajadora de los años sesenta, con pisos en ladrillo y espacios comerciales segregados en hileras de una sola planta. Entre esta sucesión de tiendas de barrio se encuentra Marcablanca, una biblioteca y espacio cultural que abre todos los días por la tarde.

He quedado con Blanca Sotos para conocer el espacio. Aunque el proyecto ya tiene un lustro, lo hemos conocido porque hasta la semana pasada albergaba una exposición titulada LO QUE ES. Revistas y publicaciones. del Movimiento Surrealista Internacional. (1969-2025). Una muestra comisariada por el Grupo Surrealista de Madrid que venía a poner, sotovocce, la visión desde abajo a los fastos sobre el centenario del movimiento surrealista, que entre el año pasado y este ha tomado varios espacios señeros de la cultura madrileña.

Llego un poco antes que Blanca. Mientras una chica trabaja con un ordenador, la esperamos ojeando una balda de libros sobre arte urbano. Enseguida queda claro que los miles de ejemplares que cubren las paredes no son mera acumulación de papel. Hay criterio y originalidad. Llega Blanca, me ofrece una cerveza y comienza la conversación. (eldiario.es) (Leer más)